Capítulo 8
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NOTA: Esta
novela ha sido publicada, las ilustraciones son obra de "El
Culterano" WLC.
Capítulo 8
–El juicio está siendo
uno difícil, no sabemos qué hacer. – el abogado amigo de Miranda la miraba
intentando comprender lo que sucedía. El tipo presentaba una cantidad de
heridas que lo dejarían desfigurado para el resto de su vida y pedía una
cantidad de dinero risible por daños. La mujer no había mostrado arrepentimiento,
dolor, rabia o ninguna otra emoción que pudiera indicar como se sentía y eso
nunca era bueno ante un juez. Era el juicio para ver si había causa y lo
estaban perdiendo lamentablemente. Hasta ahora era el juez, más los miembros de
la corte y las partes implicadas, pero en un pueblo tan pequeño la cosa estallaría
como pólvora. Las puertas se abrieron y varios miembros del ejército, más lo
que parecían hombres de la CIA entraron y aseguraron la puerta. Dieron órdenes
para que se llevaran al hombre herido a otra habitación junto a la exnovia con
sus amigas, que también fueron sacadas del lugar.
–Espero que puedan
explicar que está sucediendo en mi corte. – el juez parecía querer estallar, con
el rostro rojo de coraje miraba a los recién llegados como si fueran bacterias.
–Disculpe su señoría,
es un asunto de seguridad nacional. – Con esto hizo señales a una de las
personas que estaban con ellos y dejaron entrar a alguien. – Disculpen damas,
tenemos poco tiempo. – Tanto Karla como
Fransheska se pusieron en pie asintiendo. Cuando entró un joven con actitud
rebelde, con sus manos y pies encadenados, ambas supieron lo que estaría por
suceder. Karla le hizo espacio a su hija y esta comenzó a trabajar.
–Hace tres días tenía
intención de entregar una nueva arma biológica al grupo… terrorista. – Fransheska
estuvo a punto de soltar el nombre del grupo, pero miró a su alrededor y al
hombre que había llegado a pedir ayuda. Él asintió comprendiendo a quien se
refería. No había necesidad de mayor información. –Él era el intermedio, pero
no sabe mucho más de la situación o lo que transporta, aunque sospecha que
tiene que ver con los hombres que han llegado a la organización recientemente.
–Joven podría
describirlos. –Fransheska negó, pero dejo paso a su madre que miró al joven y
recibió parte de las imágenes que este guardaba de su pasado, su don cuando era
dirigido a sacar cada secreto que pudiera de una persona era mucho más
aterrador, el pasado y los posibles futuros de esa persona quedaban en sus
manos, solo tenía que pensar en las posibilidades. Todo quedaba ante ella
descubierto, pero su mente se perdía, cada vez más lejos de la realidad,
quedando atrapada en mundo de posibilidades que no le pertenecían, en
posibilidades que nunca llegarían a realizarse ya que ella buscaría la mejor
solución para evitarlas. Miró a su hija y sonrío al ver un futuro brillante,
ella orgullosa caminando frente al mar de maldad que buscaba romper el precario
balance del mundo. Cerró los ojos nuevamente y se volvió a concentrar en lo que
tenía ante sí, ahora estaba trabajando.
–Si abren la caja
todos los presentes morirán poco a poco y una epidemia de gran magnitud acabara
con la población en los próximos meses. Deben tener cuidado y el equipo
especializado debe hacerse cargo de la recolección del elemento. Guardo la caja en una estación de tren y los
hombres a los que se refiere son americanos de descendencia islámica, aunque
dudo que sigan el Corán. Parecen más interesados en ver los resultados del arma,
que en una vendetta contra los Estados Unidos o el mundo. ¿Tienen el archivo de
las fotos de sospechosos? – Karla guardo silencio mientras miraba las fotos
señalo tres fotos y sonrío al joven que había visto como la mujer había
acertado en señalar a sus jefes. –Deben vigilarlo, van a querer verlo
muerto.
–Más información sobre
la estación por favor. – Ella cerró los ojos y pidió lápiz y papel que su hija
ya se disponía a entregarle. Ella anoto
la estación de autobuses en el estado de Washington D.C. Él dio las órdenes por
teléfono para mover a los agentes de la zona, más al equipo de epidemias y
explosivos, sonrió con el triunfo de haber ganado esa pequeña batalla.
–Gracias Karla,
Fransheska… su señoría me permite explicar lo que ha sucedido y lo que sucede
con este caso. No tomará mucho tiempo y ya todo en mi lado se está moviendo como
debe ser. – El juez asintió mirando a la
mujer que se había puesto palita y tambaleaba, recibió de uno de los recién
llegados un archivo considerablemente amplió, mientras el prisionero era sacado
del lugar sin armar ningún alboroto. El juez iba abriendo los ojos poco a poco
ante las situaciones y los casos que había visto levemente mencionados en las
noticias.
–Me quiere decir que
estas mujeres han ayudado en todos estos casos. – preguntó el juez con cara de
espanto.
–Fransheska se ha
unido al equipo recientemente, lo que ayuda a acelerar el proceso de búsqueda
de información. Por lo demás podrá encontrar en esos documentos, una lista de
nombres y casos de asesinos en serie donde la señora ha ayudado a la detención
del criminal. En algunas ocasiones hemos podido salvar victimas que según las
estadísticas deberían haber fallecido en el proceso de esclarecimiento. En la parte superior verá que la mujer no es
procesable, más aún quedará explicito que el hombre que la acusa y pide
indemnización la violó cuando tenía diecinueve años.
–Me quiere decir que
no serán procesadas por que ustedes ponen sobre hechos y palabras que ellas no
deberían ser penalizadas por sus actos.
–No su señoría, le
estoy diciendo que el Gobierno de los Estados Unidos considera a estas dos
mujeres un tesoro nacional y agentes activas de la seguridad nacional del País.
Están fuera de su judicial, no por haber sido víctima, sino por el valor que
ambas acarrean a la seguridad futura de este País. Tanto el hombre tiene un
record escondido de delitos que saldrán a la luz en cuanto pegue a dar gritos y
las mujeres quedarán silenciadas con varios delitos cometidos, incluido el
intento de provocar daño psicológico y emocional en la señora. – Una vez dicho
esto dio inicio a una grabación donde las tres mujeres hablaban con Michael
sobre lo que le harían y como lo disfrutarían.
–Si ella sabe tanto,
como es que no pudo evitar todo esto.
–Su señoría, no puedo
ver mi futuro y lo que evite es que el hombre que amo terminara en la cárcel
por asesinato. – Giovanni gimió al comprender por fin lo que estaba sucediendo.
Ella había estado protegiéndolo esa noche, aunque la verdad nunca lo había
necesitado.
–¿Fiscalía quiere
seguir con el caso? – el juez pregunto con voz cansada, parecía querer retirarse
a dormir.
–Después de escuchar
esa conversación estaríamos locos su señoría. Es un caso perdido donde la
señora puede afirmar defensa personal.
–Entonces, caso
cerrado.
–Disculpe su señoría,
lo destilado en esta corte queda sellado bajo el decreto en favor de la
Seguridad Nacional. – varios de los hombres se movieron alrededor tomando
información de los presentes y avisando las consecuencias de la divulgación de
la información que tuvieron en ese lugar. Los abogados, fiscales e incluso el
juez que puso mala cara al verse obligado a firmar. – Disculpen son
procedimientos y todos los presentes sabemos lo delicado que son estos
procesos. Karla esperaba que me llamaras, pero no me debe sorprender que fuesen
las gemelas y Laura las que dieran la alerta de lo sucedido.
–Mami estuvo
veinticuatro horas fuera.
–Ya veo. Es
comprensible. – El hombre saludo de mano a Giovanni y se despidió de todos
cuando vio que su gente había terminado. Los abogados se sentaron a discutir el
caso que los habían traído al lugar. Los demás comenzaron a salir como si ya
estuviera todo resuelto.
–Mami, vengo ahora. –
Fransheska se movió hacia los abogados para dejar claro que si eran asuntos
médicos estaban dispuestos a cubrir los gastos, pero estos serían valorados por
un grupo médico de confianza. Cuando regreso con su familia encontró un
silencio mortal. Al cerrar los ojos escuchó lo que había sucedido en esos pocos
segundos.
–Karla… ¿seremos
felices?
–No. – contesto ella
con fría voz.
–¡Mami…!
–Fransheska sabes que
es lo que nos espera. – dicho eso se dio la vuelta para salir, seguida de cerca
por las gemelas que se movieron a la vez para cacharla cuando pareció perder el
balance.
–¡Karla! ¡Hay que
llevarla al médico! - gritó Giovanni que salió de su shock al verla
tambalearse. La salida de la sala judicial fue un alboroto total, la familia
preocupada por la mujer que iba en brazos de Giovanni fue lo único que vieron
las amigas que sonrieron ante la mala suerte de la mujer y deseándole lo peor,
sin saber la suerte que les esperaba dentro de sala.
øùø øùø øùø
–Pá tenemos que
hablar. – Fransheska sabía que la conversación no sería fácil, pero nadie más
se había ofrecido a explicarle la situación a éste.
–Sabes lo que le
sucede a tu mamá. ¿Es lo mismo que la otra ocasión?
–Realmente no sé, pero
no es de eso de lo que tenemos que hablar, es sobre la contestación que mami te
dio a tu pregunta. – Él asintió y la siguió, pero mirando la puerta donde la
mujer que amaba estaba siendo revisada por el médico y acompañada de su madre.
–¿Comprendes la
habilidad de mami o la mía?
–No mucho, pero la
verdad siempre ha sido algo extraña.
–Una buena
descripción, ella ve el pasado y los posibles futuros en imágenes, yo escucho
secretos y pensamientos fuertes, en la mayoría de los casos basta con que la
persona piense en ello. Si no lo hace, yo hago la pregunta, para recibir de
esta forma la respuesta. Acá está el problema, estos dones exigen un precio.
Aún no sé cuál es el mío, pero en mami es sobre sus emociones, con el paso de
los años ha perdido la capacidad de expresar como se siente y la imagen fría es
más profunda. Sospechamos que le espera al igual que a mí, locura.
–¿Qué?
–Su abuela y tío
murieron locos por culpa de sus dones, así que lo más seguro es que nosotros
tengamos el mismo fin. La diferencia y esperanza la produce la reacción que
mostró el día que llegó a la casa después de haber pasado la noche contigo.
Estaba sonrojada y no podía dar una mirada directa, pero a la vez estaba
satisfecha y podía mostrarlo. Creo que las personas que amamos tienen el poder
de protegernos de ese destino. – Giovanni se dejó caer hacia atrás en el
sillón. Esa explicación permitía que comprendiera tanto sobre la conducta de
Karla y de las cosas que decía.
–¿Ella quiere que yo
me aleje para no verla de esa manera? ¿¡Intenta protegerme otra vez!?- Fransheska
asintió. Qué más podía decir al respecto. – ¡MALDITA SEA!
–Pá, estas en el
hospital. Mira te lo digo, ya que si te decides a ser parte de su vida va a poner
pleito.
–Que lo intente. Esa
Pequeña no se escapa de decir, sí quiero, ante un notario, juez o sacerdote. No
me importa como lo haga, pero aún amarrada la llevare a nuestra boda.
Carajo…
–Me alegra saberlo. De
esa forma nuestro hijo podrá nacer en un hogar establecido con ambos padres. –
Esa afirmación en la voz fría de Karla provocó que Giovanni tropezara al
intentar acercarse a ella.
–Dime que es cierto.
Dime que no me estas mintiendo Pequeña. – Ella levantó una ceja y le sonrió lo
mejor que pudo, una sombra de su sonrisa en la juventud, pero fue suficiente
para él, para saber que no la había perdido.
–Bueno pido ser la
niña de los anillos. – todos miraron a Fransheska como si le hubiera salido una
cabeza extra. – ¿Qué? No me pueden negar el placer, tengo el vestido perfecto
para ello.
–Ni loca te pondrás
ese vestido. Si quieres estar presente en la boda, buscaras otra vestimenta. –
Karla la miró con frialdad.
–Yo sé que a papi le
encantaría verte en él. – Giovanni sabía que se estaba perdiendo parte de la conversación,
pero no le importaba.
–Oye, no me has dicho
que sí, a lo de cazarnos.
–Tú no me lo has pedido. – Él la beso y entre un beso u otro le pregunto, lo que ella contesto con un sí entre un beso u otro. Tanto fue el espectáculo que les pidieron que se marcharan del hospital. El grupo lo hizo entre carcajadas, con una novia sin reacción alguna y una hija de dieciséis intentando cubrirse los oídos mientras se quejaba de sus padres, que no decían una palabra.
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