Hoy ha sido un día dificil

Para quien no, hoy estamos un poco más tranquilas que ayer, pero no significa que deseemos comernos el mundo. Contenta ante el final de una historia que se hizo sola, dando inicio con su nacimiento a un espiral de personajes y mezclas interesantes. Acá un pedazo de ella.

PS. Se encuentra en proceso de edición.  Disculpen los errores.

La sala de conferencia estaba cargada de un silencio pesado, solo roto por los sollozos quebrados de cinco mujeres, que no sabían si estar tristes por la pérdida o furiosas por los hechos.
—Amartos, esto no puede volver a suceder. Una sola vez es demasiado.— Los periódicos con las noticias, el archivo que nunca había llegado a sus manos en la búsqueda de información en el futuro padre. Todo ello componía un grupo de verdad y mentiras, que parecían más una pesadilla.
La pareja había llegado un año atrás al pequeño pueblo, buscando a un niño al cual amar. Encontrando la casa de adopción Santuario de Amor. Con diez años de experiencia, cinco hogares con niños de diferentes edades y hasta ese momento un por ciento de cien por ciento de hogares felices y saludables. Cargados del apoyo. Cuando unos meses atrás Christopher había solicitado que la pareja lo adoptara, todos habían dado un salto de fe. La pareja debían volver a mudarse entre pocas semanas, y el chiquillo de 11 años estaba listo para irse con ellos. Una de las exigencias del hogar de adopción era que todo niño debía estar un año bajo supervisión de las madres del hogar, la pareja recibía apoyo directo en el proceso de aclimatarse a una nueva composición familiar.
Pero con Christopher no se había seguido el procedimiento, había investigado profundamente, pero nunca llegaron a la verdad de Paul y Laura. Dos seres enfermos, que lo ocultan muy bien a todos. La alarma había llegado tarde, un archivo sellado en la vida de Carlos en la que como joven había asesinado a un cachorro por ser el centro de atención de su novia. A la cual había violado y dejado por muerta después de matar al cachorro. Maldita burocracia, debieron esperar más, pero nunca imaginaron que la información sellada por ser un menor de 15 años cuando cometió los hechos les costaría la vida de uno de sus niños. La ley les había negado el archivo, ante la ley no había forma de juzgar al adulto por actos cometidos en la adolescencia. Los datos no estaban claros sobre los hechos, según las noticias un hombre celoso había matado a su esposa e hijo. Días antes de que fueran a visitarlos dos madres del Santuario y un abogado.
—¿Cómo fue que al mudarse, perdimos los derechos de visita sobre Christopher?  
—Según las leyes del Departamento de la Familia, al estar en otro estado, a ellos les tocaba hacer las visitas. Pero Christopher era uno más en sus listas.
—Entonces explícame por qué la primera visita nuestra se canceló.— El grito de angustia de Katty hizo saltar a muchos. Una mujer de 56 años, acostumbrada a trabajar con niños delicados, enfermos y adictos nunca gritaba.
—Katty, recuerda que esa semana fue Christopher el que nos pidió que no fuéramos. Ya que tenían planificado hacer un viaje para visitarnos y él quería vernos a todos. La visita nunca se dio. Creo que pudo ser una promesa vacía de parte de los padres, dentro del desenlace. Lo que sí estoy de acuerdo con Verónica es que esto no puede volver a pasar. Nuestros niños no pueden perderse entre papeles de burocracia.  A nivel legal, el tiempo extra les permitió sacarnos del proceso. Quien solicitó el proceso fue la madre, así que ella tenía algo que escondernos.
—¿Cómo es que pasaron la revisión de antecedentes?
—Los padres de Paul, pagaron una pequeña fortuna para que su hijo quedara completamente limpio de un record criminal. El archivo que esta sobre la mesa, fue conseguido por uno de los investigadores de una forma no legal.— Amartos tenía un pedazo de sí mismo hecho pedazos, pero tenía que estar allí. Christopher se merecía el que revisaran todo lo que hicieron y buscar el error. Estaba más que de acuerdo con Verónica, esto no podía volver a suceder. Él la había acompañado a reconocer el cuerpo del chico, la había visto pelearse con las autoridades para recuperar el cuerpo y poder llevarlo a casa. Durante el entierro, un fuego salvaje brilló en los ojos femeninos, lo que nunca antes había sucedido.
Verónica siempre había sido la calma en la tormenta, el puerto seguro para todos los que habían llegado allí heridos. Aun cuando era una adolescente pegada a su abuela, era la que había sabido sanar las heridas de todos los niños que eran enviados a esos lugares dándolos por perdidos. Donde una doña Carlota, con un genio de los mil demonios, un corazón del tamaño del universo y ganas de amar como el océano, los había acogido. Verónica se parecía más a su abuela en ese momento, con una mirada asesina y una mente capaz de destrozar el sistema que los había sacado de la vida de Christopher.
—Quiero que esto se sepa, quiero que la corte suprema se entere de lo que han hecho. No me importa cómo, ni cuánto tiempo se tarde, pero quiero que nuestros hogares y centros de adopción tengan luz verde para mirar hasta dentro de los malditos pantis y calzoncillos de los posibles padres. ¿Queda claro?
—Te vas a ir en contra del sistema.
—Me voy a llevar por el medio al mismo dios y  al diablo si se atreven a ponerse al frente. Se lo repito  a todos ustedes, esto no puede volver a suceder. Este caso es uno entre cientos que hemos trabajado, pero esta maldita porquería debe estar sucediendo por miles en otros lugares. Saben muy bien que ellos no se llevaron a Christopher de este Santuario de forma fácil. Fueron investigados, fueron evaluados por diferentes profesionales. Incluso tuvieron que trabajar en los hogares hasta que un niño o niña los escogiera. Qué pasa con los lugares donde son los adultos los que escogen a los niños. ¡Estos hogares no son un maldito supermercado!

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