Capítulo 2
2da Edición
NOTA: Esta novela ha sido publicada, las ilustraciones son obra de "El Culterano" WLC.
Capítulo 2
El silencio se había posado en la habitación. La mujer que había llegado era pequeña de tamaño, pero su presencia era imponente. Siempre lo había sido, pero la madurez la había convertido en una fuerza a tener en consideración ante cualquier enfrentamiento. Giovanni no podía creer la imagen que tenía frente así. Con un moño apretado, una vestimenta de ejecutiva y como adorno a su femineidad unas pantallas y collar de perlas. Karla la mujer que se había paseado por sus sueños, tanto como en sus pesadillas, ahora ni siquiera se dignaba a mirarle.
–Madre
un gusto volverte a ver. – ambas mujeres mantuvieron la distancia, no hubo un
encuentro efusivo y la mujer que había sido lava candente en sus brazos en su
juventud, ahora miraba todo con frialdad.
–Mám…
por qué llegaste tan pronto. Yo estaba comenzando a conocer a mi padre. – Fransheska
por primera vez parecía una niña frente a su madre.
–Hablaremos
luego a más detalle. ¿Has hecho algo o a sucedido algo importante que debamos
arreglar? – Giovanni sostuvo el aliento mientras madre e hija se miraban una a
otra como si estuvieran conversando en silencio. Karla lanzó una mirada de frío
odio a su prometida, lo que le aseguro que la conversación que él sospechaba
era real. – No me interesa la opinión que puedan tener sobre mí, pero cualquiera
que intente hacer daño a mi hija pedirá en suplicas la muerte cuando acabe con
él o ella. Laura verifica si existe algún gasto que cubrir incurrido por mi
madre o mi hija, te espero en el auto.
–Si señora.
– La secretaria se apresuró a recepción, habló con los encargados y estos le
señalaron al hombre que había dejado a atrás. Al regresar se disculpó en voz
baja. – Mis disculpas señor Vasco, la recepcionista ha mencionado que el
desayuno había sido una invitación vuestra. Es mi intención cubrir los gastos
de las damas.
– Qué
damas y qué carajo. Una mocosa del demonio y una vieja chocha que no sabe donde
tiene la cara, teniendo una hija tan descarada como para regresar por acá. –
Todos tomaron aire, las amigas de la novia compartieron el chiste de ésta, pero
Giovanni quería que la tierra se lo tragara. Nunca pensó que sería humillado en
su hotel, por la mujer que pensó por un momento podría compartir su vida. Miró
a su madre como pidiendo disculpas y agradeció en silencio que las mujeres a
las que se referían hubiesen salido del lugar.
–Pido
disculpas, más le suplico no repita este comentario ante mi hija. No deseo que
nuestra relación se vea truncada desde el comienzo por malas intenciones de
terceros. Además, no hay nada que cubrir. Ciertamente comprenderá que fue mi
idea este desayuno en un intento de arreglar ciertos detalles de mi posible
boda. – La incertidumbre en esas palabras para un hecho que las mujeres habían
dado por sentado tuvo diferentes reacciones, Laura sonrió con sorna, la madre de
Giovanni suspiro de alivio y las tres buenas amigas salieron del lugar
humilladas. No tardaron en ser seguidas, aunque los pasos de Giovanni se
detuvieron al ver la limosina que estaba en la entrada. Karla parecía estar
dando órdenes a dos mujeres, que eran una reflejo de la otra, jóvenes que
asintieron y tomaron unas llaves, para luego dirigirse a la camioneta de la
señora Flores y VW que él conocía bien. Sonrió sin poder evitarlo recordando
las horas que había pasado para mantenerlo vivo, el verlo corriendo y con un
motor que parecía ronronear le dio esperanzas sobre el futuro, ese VW había sido
la excusa perfecta para acercarse a Karla y pasar horas a su lado. Ahora sólo
tenía que esperar a que Karla reconociera su presencia, bastaba con una mirada.
Solamente una mirada para saber que todavía estaba en su pensamiento.
–No
puedo decir que ha sido un placer, pero espero que más adelante eso se pueda
remediar. Me disculpo por la controversia que pudo haber despertado la niña,
aunque no debo disculparme de algunos insultos. – Esto último lo dijo
dirigiéndose a las tres mujeres que no se habían movido del lugar y que miraban
embobada el poder que Karla exhibía sin intentarlo. La chofer abrió la puerta a
todas. Karla fue la última en entrar, sólo por unos segundos se volteo a
mirarlo directamente a los ojos por primera vez y asintió, como reconociendo
que luego tendrían que hablar, pero para él fue suficiente, la chispa seguía en
su corazón y estaba decidido a descubrirla en el corazón de ella.
Él tuvo
que apretar los dientes y los puños intentando controlar su deseo de ir tras
ellas. Quería saber más, deseaba saberlo todo. Pero ella parecía no
necesitarle, como uno luchaba contra el invierno. Simplemente uno no luchaba,
uno sobrevivía y si no lo hacías morías antes de la llegada de la primavera.
Pero él llegaría a ver esa primavera, apostaba hasta su alma a que sería de esa
manera.
–Madre
crees qué tengo derecho a entrar en sus vidas.
–Legalmente
sí, pero si lo haces por esa vía todas lo resentirán. Con lo independiente que
son y siempre han sido, en bonito lío te has metido. Aunque la joven tiene
pinta de ser una chiquilla resuelta, así que espérala. Va a regresar a tu lado,
ya sea sólo con intención de alborotar tu ordenada vida. Ahora tendrás que pensar
en que quieres que encuentre cuando regrese. – dijo la mujer que miraba con
rabia a la novia de su hijo que parecía intentar congraciarse con ella. Lo que
esa chiquilla estúpida no sabía era que siempre había sabido que era una
alimaña ponzoñosa. En verdad que su hijo tenía un gusto peculiar por las
mujeres que eran un serio problema.
En la limosina el silencio entre las tres mujeres era de velorio. Todas intentaban mantener su mente o mirada apartada del asunto principal.
–¡KARLA!
¿Qué esperas para pegar el grito? – Fanshseka no podía creer como su abuela
estaba gritando, era como si no comprendiera que nada de eso funcionaba con su
hija.
–Que
quieres que te diga, dime si existe alguna forma de arreglar todo esto. En
ningún momento pensé que Giovanni tenía posibilidad de ser el padre. Cuando
Fransheska no se pareció a él o nadie de mi familia muy bien sabes que ambas
pensamos lo peor. No por eso dejamos de cuidarle y amarle, pero nunca pensamos
que era bueno que la trajéramos por estos lados. Lo malo es que ella ha
demostrado en los últimos meses una habilidad que le permite conocer secretos
de otros aún sin quererlo. Lo que no me ha permitido guardar el secreto de
nuestras dudas bajo la máscara del amor juvenil. Supe desde la primera vez que
tendría que enfrentarme a este día. Tu nieta es tan mula como todos los
miembros de nuestra familia, incluyéndote a ti, a mi padre y a mí misma.
–¿Qué?
–Abuela
respira, según mami me ha contado, existe un legado en nuestra sangre. Soy hija
suya así que tengo un don igual que el de tío o mami.
–Pero mi
hermano murió loco y tu madre… por Dios… mírala, ya no sonríe, ni siquiera es
capaz de mostrar enojo cuando sabes que debe estar furiosa por tu jugarreta. –
la voz de su abuela estaba cargada de emoción, el dolor y el miedo estaban
presente en su suplica.
–Sí y
esa es un de las razones por lo que he regresado a su hogar. Vamos a necesitar
tu apoyo y el de mi padre. Sé que mami no quiere cargar a nadie con su
condición, pero su lejanía con el mundo real… con el mundo que la puede
mantener viva, no es saludable. – Fransheska vio a su madre negar con la cabeza
como si no pudiera creer lo que escuchaba. – dime entonces que lo viste feliz
al lado de esa busca fortunas. Dime que no viste como aún te ama y aún así
estas dispuesta a darle la espalda. Ese es tu don, ver posibilidades y el como
esas posibilidades han llegado a suceder.
–Yo te
digo lo que he visto, si tú me dices que has escuchado.
–Mi familia
se ha vuelto completamente loca. – Valeria parecía querer echarse a llorar,
había vivido esa vida de locura con su madre y su hermano. Nunca pensó que su
hija y nieta sufrirían esa condena.
–No
madre, simplemente hemos aceptado las cartas que la vida misma nos puso en la
falda. Ahora observa el poder de tu nieta y el de tu hija. – de esta manera
amabas compartieron información sobre el lugar, las personas que estaban cerca
y los posibles futuros y de los pasados que habían sido testigos.
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