LF Capítulo 9
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Capítulo 9
Confrontaciones
-Cristina, si
utilizas margarina en vez de mantequilla, la salsa de setas quedara más
saludable. Por otra parte para el aderezo puedes utilizar aceite de oliva y sal
reducida en sodio para la ensalada.
-¿De verdad?- la
voz de Cristina presentaba duda.
-Sí, recuerda que
grasas nulas es lo menos que le hace falta a la madre en el tiempo de
gestación. También debe bajar la cantidad de coco y agua de coco que está
tomando.
-¿Por qué?
-Alto contenido en
sodio. Retiene agua en el cuerpo y otras cosas que deseas eliminar con un poco
de ejercicio. – Sara parecía estar en su elemento, bueno había tenido tres
embarazos…
-Oye Sara, de
verdad que eres cruel. Como me van a quitar lo que me gusta.
-No es cierto Eli,
por lo que he visto comes de todo, aparte no es eliminar sino reducir las
porciones.
-Cierto, pero o
dolor…. dolor… en mi alma… mi dulce de coco, mi agua fría de coco.- respondió
la mencionada con una sonrisita traviesa.
-Eli deberías
comer todo lo que te gusta. Nada que ver con aquello que dicen otros. Más
cuando no saben de qué carajo hablan…-La cachetada resonó en la cocina, la
escena detuvo a JD, Armando, Faith y Michael que entraban en la habitación, como
siempre ruidosos, quedaron sus risas y murmullos ahogados por una cara de susto.
Cristina respiraba trabajosamente, Eli no tenía idea de cómo terminaría todo
aquello. Sara lloraba en silencio, pero en su mirada brillaba la misma
confusión que sentían los recién llegados.
-Marcos, te amo…
juro que desearía ser más inocente, maldición me conformo con ser más joven,
para ser quien tú necesitas en estos momentos de tu vida. Pero no lo soy, no
soy una niña y no soy inocente…- Cristina tenía los ojos cuajados de lágrimas
pero los puños apretados hablaban de coraje, de furia. Nadie en la habitación
se movió, Marcos parecía una estatua de mármol ante la declaración. Observando
a la mujer que se había adueñado de su sueño, siendo dulce y tierna, mientras
que en esos momentos sin solución posible, había terminado de arrancarle el
corazón con sus palabras.
-Cristina…
-Te callas…
escucha bien, por qué esto lo voy a decir una sola vez. No necesito tu lástima,
hablando de esto no es lo que busco. Sólo deseo que veas toda la imagen y compares.-
Ella tembló mientras los recuerdos parecían nublar su mirada y el color se
ausentaba de su rostro. Se notaba que sufría dolor, pero todos sabían que eran
sus heridas interiores las que estaban provocando esa pena. -Tu trato hacia tu
madre ha de cambiar porque si no es así, exigiré un voto de distancia.
Varios respiraron
profundo y los adultos cruzaron sus brazos sobre el pecho. Todos sabían lo que
eso significaba, todos menos Sara que veía el cambio en la habitación con
inquietud. Si algún miembro de la familia se sentía lastimado por otro, podía
exigir un voto para que la contra parte dejara el círculo familiar por un
tiempo. Armando era el único que lo había aplicado con Michael y ambos habían
sido alejados, con intención de que arreglaran sus problemas sin afectar a la
pequeña familia.
-Cielo, eso es
algo extremo. Marcos está reaccionando así con Sara ya que se siente herido. Su
madre le mintió y no sabe cómo racionalizar ese hecho con la imagen que ha
tenido toda su vida de ella. A eso le añadimos la llegada de Carlos y el
intento de éste de ponerse en contacto con la mujer a la que dice amar. Tenemos
a un joven que quiere ver al mundo explotar en mil pedazos. Pero con el tiempo
todo sana, se dará cuenta que somos humanos, nos equivocamos y hacemos cosas
que tienen consecuencias. Hasta ese momento necesita de nuestro apoyo.
-No Eli, ninguno
entiende todo lo que Sara ha hecho por ellos. ¿Marcos, cuantas veces te has
enfermado?
-Un par…-contesto
el joven confundido por la pregunta.
-¿Cuáles fueron las
causas?
-Creo que algún
virus y apendicitis a los diez.
-Marcos, el
cuidado de un bebe comienza en el vientre. Esta etapa rige lo que ha de vivir
el recién nacido durante su crecimiento. Madres que fuman, beben o comen cosas
que no deben, incluso las que usan drogas están exponiendo a sus hijos a una
lista enorme de enfermedades.- Eli no sabía cómo reaccionar, conocía la
historia y el por qué Cristina necesitaba hablarla con Marcos, pero no tenía
claro si era el momento. Cerró los ojos rezando al loco desgraciado que
estuviera cuidando de esa locura, para que diera fuerzas a quien ahora las
necesitaba. -Algo que no saben es que tuve dos hermanos, tengo que añadir que
también estuve embarazada en una ocasión. Mis hermanos sufrieron en el vientre
de su madre, desde puños hasta patadas. Mi madre fumaba y bebía todo tipo de
rones. Nunca supe si había usado drogas, pero tengo la sospecha de que sí. En
definitiva no le importaba la vida que en ella crecía. Cuando se quedó
embarazada, su macho la tildo de gorda, fea… amenazó en varias ocasiones con
dejarla.
-Cristina, mi
corazón…- Eli quería abrazar a ese pequeño ángel que con su dolor apretaba con
más fuerza su pecho.
-Sí Eli, ahora sé
que me aman, que puedo amar sin miedo a que me vendan.- Cristina acaricio el
rostro lleno de lágrimas de la mujer que amaba. -Marcos, mi madre me ofreció
como incentivo para que mi padrastro no dejara la casa. No pasaron diez
segundos de que hubiera hecho la oferta cuando mi padrastro estaba sobre mí,
quitando la ropa y tocando mi cuerpo. Mi madre me pidió disculpas llorando
cuando la pesadilla había acabado, mi sangre aun corría entre mis piernas junto
a su venida. Como siempre en los últimos días estaba borracha, su
justificación… que no deseaba tener otro hijo sin padre. Mientras la imagen de
mi cuerpo sucio y manchado nunca ha abandonado mi mente. Nadie sabe las veces
que una mujer violada se baña buscando limpiar la suciedad dejada sin permiso…
las pesadillas, el dolor y el siempre… sentirse basura…
El silencio en la
cocina era rotundo ante esas palabras. Faith estaba pálida, sospechaba parte de
la historia por lo poco que le habían dicho, sabía muy bien de lo que estaba
hablando. No existía broma que pudiera decir para relajar la tensión y la
verdad no había forma de bajar la tensión, cuando ella misma sentía como su
alma era herida por las imagenes, miró con ternura el rostro de Michael que mantenía
los brazos cruzados en el pecho, pero los dedos estaban fuertemente apretados,
un puño en la mano izquierda y la derecha agarrada al brazo con fuerza. Sus
hermanos no quitaban la mirada de Cristina, JD había palidecido. Su padre tenía
los ojos cerrados y los puños apretados a los costados. Su madre tenía un
rostro de horror sacada de la mejor película.
Sara no podía
creer lo que oía, cómo una madre era capaz de entregar a su hija de esa forma.
Supo que ella no lo había hecho tan diferente con su hija, sintió como el dolor
volvía a ella de golpe provocando un gemido que todos oyeron.
-Yo…
-No Sara, no es lo
mismo… tú te negaste a creer una realidad de la que no fuiste testigo. No
quisiste creer que esa maldad existiese. Una mentira existe, es comprensible y
se puede racionalizar, el incesto… la pedofilia… es imposible de tragar si no
lo has vivido. Faith comprende hasta cierto punto la situación. A mí, mi madre
me llevó de la mano a la puerta del infierno y luego fue testigo. No importó
llanto, suplicas, ni los gritos pidiendo su ayuda. El colmo de tal crueldad fue
que me culpó porque su marido disfrutaba más conmigo que con ella. Algo que le
restregaba cada vez que la obligaba a sostenerme mientras él me violaba.- Ella
miró fijamente por primera vez a Marcos. -Mi amor, mi madre tuvo a su hijo y
dos días después estaba fuera del hospital bebiendo y posiblemente usando
drogas. Mientras yo cuidaba de mi hermanito cada vez que podía. Por él di todo
lo que era, conocí lo que era ser mendiga, lo que era ser prostituta y su
sonrisa inocente era lo único que llenaba mi corazón vacío.
-Cristina, corazón
no llores… está en el pasado y tienes personas que te aman con locura. Mira a
tu alrededor.- Las palabras las había pronunciado JD, abriendo sus brazos
señalando a todas las personas que compartían el dolor de la joven.
-Lo sé JD, el
asunto está en que mi hermano gracias a los descuidos de nuestra madre, nació
con un corazón débil, sus pulmones estaban dañados, y los llantos continuos
demostraban la necesidad de droga en su sistema, esto según lo médicos. Sus
padres usaban todo su dinero para drogas y bebidas, lo que descubrí de muy mala
forma mucho después. Yo hice todo lo que pude por alimentarlo, vestirle y
comprar sus medicamentos. No podía ir a los servicios de la familia, sabía que
se lo llevarían. No podía dejarlo ir, era mi hermanito, la razón por la que mi
madre me había vendido al diablo. Hoy estoy segura lo hubiera hecho todo de
otra forma…
-¿Cuántos años
tenías?- La pregunta parecía sorprenderla, como si estuviera en un hueco
oscuro, en el cual no podía ver o escuchar lo que le rodeaba en la realidad.
-Lo siento… tenía
trece años cuando todo comenzó.- Un gemido colectivo, al cual Eli reacciono
agachando la cabeza, estaba tan orgullosa de esa mujer. La amaba con locura,
cuando volvió a levantar la mirada intento decirle con ésta cuán grande era su
amor por ella.
-Eli, tú fuiste
victima desde los seis, no somos tan diferentes.
-Cristina, somos
diferentes, ambas tuvimos nuestro infierno personal, pero hoy te veo como una
mujer libre de su pasado.- La mencionada sonrió mientras acariciaba el rostro y
labio inferior de la única mujer por la que moriría.
-Te amo… dónde me
quede… lo siento, mi hermano murió antes de cumplir los dos años de vida.
“Muerte de cuna”, dijeron los médicos, luego supe que sus pulmones no pudieron
seguir trabajando con un corazón deforme. Dos años después nació mi hermana,
que no llegó a salir del hospital, su cuerpo tan deforme como algunos órganos
internos no resistió el mundo fuera del vientre drogado que le había traído al
mundo. Un año después quede embarazada, cuando mi padrastro lo supo me dio una
paliza atroz para que no tuviera a mi bebe. Al llegar al hospital medio muerta,
se supo lo de las violaciones. En esos momentos estaba muerta en vida, mi bebe
no venía bien, tal vez por los genes de su padre o las palizas que me daba.
Pero los últimos golpes que me había dado, lograron su cometido. Mi bebe no sobrevivió
en mi vientre y yo… bueno nunca seré madre.
-Cristina el hecho
de que hoy sonrías, dice que era única en tu clase.- Marcos se acercó a ella
con ternura y cuidado, intentando ser parte de la sanación y no causar más
heridas en su corazón.
-Gracias Marcos…
luego de eso pidieron ayuda a Eli, ella me ayudó a salir del agujero. Pero la
pregunta más importante, cuantas veces terminaste en el hospital y de esas
cuantas veces estuviste sólo.- Marcos observó a su madre y al hombre que quería
como a un padre.
-Nunca estuve
solo.
-Marcos, mis
hermanos nunca tuvieron a su madre al lado. Ni siquiera yo cuando me dijeron
que estaba perdiendo a mi bebe. Eres un joven saludable, pero no sabes lo que
es la maldad en una madre.
-Sé que mi madre no es mala, tan sólo me duele su traición.
-Sí lo sé. A mí también me duele la traición de la mía, pero mírame bien.- Cristina se dio la vuelta quitándose a su vez la camisa. -Todos creen que esto es obra de mi padrastro, pero más de la mitad de los cigarrillos los apago en mi piel mi madre.- Nadie era capaz de quitar la mirada de la palabra “MALA” escrita con cicatrices de quemaduras en la espalda de la joven. -En algunas el dolor era tanto que deseaba morirme, me desmaye un par de veces lo que me permitió no perder la poca cordura que me quedaba. Aun hoy sueño con la sonrisa drogada de mi madre y la carcajada de mi padrastro doblegando mi cuerpo a su voluntad. Sé que la idea ella la saco de una película que vio, pero fue suficiente como para inspirarse y desquitarse por yo estar quitándole a su marido. Irónico… ¿no?
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