Las cosas que esconden la nube...
Santuario de Amor 2
Hiana
Por Cristyal Crast (c) 2014
-Me puedes explicar por qué carajos no fuiste al médico antes.- Adriana podía matar a Verónica en ese momento. La amaba con locura, era su hermanita para toda la vida. Familia adoptiva, o no… daban problemas y dolores de cabeza igual que los consanguíneos.
-La razón la tienes en una de tus camas. Yo puedo atender a varios asuntos acá, mientras tú me recompones. Armato está hablando con los abogados. La solicitud no tendrá problemas en ser aprobada. Pero me preocupa el estado mental de la niña. Luz está con ella y no la ha dejado sola en ningún momento.
-Ella será la mejor medicina. Por eso le llame. Lo que no me esperaba es que tú llegaras con una muñeca rota. ¿Qué diablos sucedió?
-Solo a mí se me ocurre correr, mientras lloro por un bosque. Cosa de locos.- Adriana en ningún momento dudaba de lo que había afirmado Armato al avisar que Verónica necesitaría asistencia médica, pero jamás imaginó que una muñeca rota, costillas no fracturadas pero si muy golpeadas y un tobillo dislocado fueran parte de esa asistencia.
-Vas a tener que descansar, aun cuando no quieras, no puedes poner peso en ese tobillo por lo menos en tres días. Las costillas no están astilladas por puro milagro, pero los moretones te harán compañía por varias semanas. Te voy a dar medicamento para el dolor, especialmente para que puedas dormir. Nada se pueda hacer sobre eso. Sin embargo, tu muñeca es de preocupar. La herida abierta debe estar bajo observación, no se puede colocar yeso. Parece una mordedura de un perro, pero nunca había visto una tan limpia y al mismo tiempo con el calor que está irradiando, podría infectarse. El antibiótico en crema y en pastillas va a ayudar. Pero no quiero que pienses que no es peligroso, en cuanto esté más sana se colocará el yeso después de unas nuevas radiografías. De verdad por lo que me contaste debió haber algo de desgarre en la piel y tendones. El área está roja y caliente, pero sanando. Si no fuera porque no dudaría de tu palabra, diría que tiene varios días.-Verónica observó la herida y estaba de acuerdo con Adriana, unas horas atrás, Derek había limpiado un pedazo de carne retorcido sin forma. El miedo en su mirada era una de las razones por las que había observado la herida con cuidado.
-Todo estará bien. ¿Cuándo le van a dar el alta a Hiana?
-Depende de lo que decida hacer sobre el bebé.- Un suspiro profundo se acomodó en la habitación.- Antes de llegar le habían ofrecido a la niña la oportunidad de abortar.
-Me gustaría saber quién fue el idiota que prefiere herirla nuevamente.- Verónica dejó escapar un suspiro profundo. Armato debía estar trabajando el caso. Pero no era suficiente, nunca sería suficiente. -Luz es la única que va a poder llegar a ella.
-Sí…- el silencio en la habitación estaba cargado de angustia. Ambas estaban abriendo una vieja herida en el alma de su hermana Luz. Lo importante era no perder a Hiana en esos momentos.
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